*Post creado por nuestra colaboradora Anna
Para la banda sonora de esta primera parte de la etapa no hay duda:
Después de una noche de tormenta y de sobrevivir a la alerta de tornados nos levantamos temprano para llegar a primera hora a Graceland. Hoy nos movemos hacia Clarksdale, pero es un trayecto cortito así que vamos bastante de relax…
Hacemos el check out, cargamos el coche y llegamos 5 minutos antes de que abrieran Graceland, de lujo, en el aparcamiento apenas hay coches y no hay cola para comprar los tíquets ni para entrar.
Cuando es tu turno te dan unos cascos, un ipad y te meten en un minibus para dejarte en la puerta de la mansión. Los grupos no son pequeños, así que de vez en cuando el tour se hace un poco agobiante con tanta gente. Pero si te pones los cascos y vas a tu bola se puede llegar a disfrutar bastante ya que es un tour con autoguía. También depende de lo fan que seas de Elvis claro.
A mi la visita me gustó mucho, y eso que no soy muy fan de Elvis, siempre he escuchado que Elvis era el rey del rock, aunque en realidad fue un producto musical para blancos, ya que el blues, el soul y el rock n blues estaban ya triunfando, pero al ser música hecha por negros, sólo la compraban negros. Que no me maten los fans de Elvis, pero aún se discute en todo el mundo dónde nació el rock’n roll, así que para mi no es el rey de nada, aunque reconozco que tenía un gran carisma y mucho arte.
Un ejemplo de esto mismo es lo que le pasó a Chuck Berry con su canción «Sweet sixteen», el grabó este tema en el Chess Records en 1958, pero unos meses más tarde lo encerraron en la cárcel. Aprovechando esto, los Beach Boys copiaron enterita la canción y le llamaron «Surfin’ USA», os suena ¿verdad? Lo que pasó es que la de los Beach Boys triunfó entre toda la comunidad blanca y esta es la versión que nos llegó al resto del mundo. Aunque Chuck les demandó y ganó el juicio, el daño ya estaba hecho, los que triunfaron, para variar, eran los blancos, aprovechándose de lo que habían creado otros.
Después de mi pequeña crítica seguimos con la visita.  
El tour dura lo que tu quieras, si quieres escuchar todo lo que hay en la audioguía tienes como mínimo para un par de horas. La verdad es que es muy interesante, Elvis había nacido para triunfar, estaba claro.
Una vez acabas la visita haces cola otra vez para que otro minibus te devuelva al otro lado de la calle dónde está el aparcamiento.
Allí nos quedamos un ratito en el bar que hay enfrente, es súper auténtico, no hay que perdérselo:
Ahora si que cogemos ya la ruta 61, tenía muchísimas ganas de que llegara este momento, aunque hasta ahora también estábamos disfrutando un montón.
Aquí sin dudarlo, suena esto:
Esta, para mí, fue una de las mejores etapas, dónde se vive lo más auténtico, dónde se respira blues por todas partes y dónde los pocos turistas que encontrábamos desaparecieron del todo. El estado de Mississippi es increíble, además, después de la tormenta de la última noche vimos por las noticias que el río se había desbordado, y en muchas partes de la carretera encontramos agua en ambos lados, que si sube un poco más el nivel se come la carretera. Por no hablar de la cantidad de zonas inundadas que encontrábamos alrededor.
La primera parada es Tunica, un pueblo de casinos pero con una pequeña joya, el Museo del Blues, si aún no lo sabes todo acerca del blues, aquí lo encontrarás.
Y la siguiente parada ya será nuestro destino, Clarksdale, dónde se encuentra el famoso cruce de caminos entre uña 61 y la 49, donde Robert Johnson vendió su alma al diablo para ser el mejor «bluesman».
Hay que ver la peli Crossroads (Walter Hill, 1986) antes de venir aquí.
El cruce de caminos es ahora un cruce normal de carreteras, en el cual han puesto un pequeño monumento con guitarras para marcar el lugar, pero no tienen nada de especial, hay rincones por la carretera 61 que te transportan mucho mejor al pasado que este.
En Clarksdale se encuentra también el Ground Zero, el
bar de Morgan Freeman, pero tuvimos mala suerte y ese día estaba cerrado.
Así que nos fuimos a nuestro hotel para esa noche, el Shack Up Inn, se trata de una antigua plantación de algodón reconvertida en un original hotel, en el que puedes dormir en las cabañas dónde vivían los esclavos, muchas de las estructuras aún son las originales de aquella época. Para mi, no se puede ir a Clarksdale sin pasar una noche aquí. Llegas al Lobby cruzando las vías del tren, entras en un bar en el que cuesta diferenciar una pared de una puerta, hay silencio, y si se escucha algo es un suave blues de fondo o alguien tocando una guitarra.
Al hacer el check-in nos dicen que la habitación que habíamos reservado se había inundado debido a la tormenta, así que nos tienen que cambiar de habitación, nos ofrecen una cabaña mucho
más grande por el mismo precio que íbamos a pagar, es perfecta, así que nos instalamos.
Esta era mi habitación, pero es que mi madre tenía otra igual de grande, además hay cocina y baño competo y un porche delante con balancines dónde puedes relajarte tocando una de las guitarras que tienen en recepción para los clientes.
La cabaña era esta:
La verdad es que me hubiera quedado unos días más en ese lugar. Además al día siguiente empezaba un curso de blues que duraba una semana, tiene que ser un lujo hacer un cursillo así en un lugar cómo éste.
Encuentra el tuyo a más bajo coste aquí :
Lo malo de que fuera entre semana, es que en el bar del hotel no había ninguna actuación, así que preguntamos en recepción y nos recomendaron un bar en el pueblo, el único en el que había concierto esa noche. Así que después de descansar, tocar un poco la guitarra, tomar una cerveza y relajarnos en el porche, nos vamos hacia al pueblo, que está a unos 4 kilómetros, a cenar con música.
Se trataba del Bluesberry, un pequeño local, que no es ni bar, sólo cuando dan conciertos hacen un par de platos para comer y sirven cerveza.
Nos dijeron que eran 8 dólares para la banda, nos pareció un precio más que aceptable, así que nos sentamos.
Al rato nos viene un señor y nos pregunta que de dónde somos y nos cuenta quienes son los que van a tocar esa noche, se llama Watermelon Slim y parace ser que es un crack con el slide y la armónica, así que teníamos muchas expectativas.
El local se va llenando y empieza el concierto, la verdad es que el tío era un showman y nos gustó muchísimo. En un momento dado mencionó que había dos chicas de Barcelona entre el público! Si, éramos nosotras.
Antes de que terminara el concierto estábamos ya muy cansadas así que volvimos al Shack a dormir, que mañana tenemos que seguir por la 61 hasta Natchez.
Éste es un fragmento de un vídeo que grabé de Watermelon Slim:
*Post creado por nuestra colaboradora Anna
Pedro dice
Quien para ti el Rey ? Bob Dylan ? un tio que nunca supo cantar o Johnny Cash? gran cantante country, no tanto de rockabilly y nada de rock and roll, en fin ….. bonito viaje
LaNaranjaViajera dice
Buenas! Pues s elo preguntaré a nuestra colaboradora que es quien escribió el post! A ver que dice 😉 Gracias por leernos!
Piratilla Viajero dice
Es Piratilla, no portilla…jajaja
Portilla Viajero dice
El Shack Up Inn y la magia de Clarkdale son algo maravilloso. Es un lugar imprescindible en la ruta. Yo estuve en Nashville y descarté Memphis para ir hasta allí. Sin duda el gran acierto…
La Naranja Viajera dice
Gracias por comentar éste post!!!! Ahora puedes disfrutar más ya que por error se publicó sin fotos y ya las hemos añadido!!!!!!!!!