*Post creado por nuestro colaborador Jordi
Llegó el mes de diciembre de 2016 y mi mujer aun tenía pendiente una semana de vacaciones. Por suerte consiguió que se la pudiesen “recolocar “ a principios de febrero del año siguiente y así poder buscar algún destino interesante a la vez que económico.
Con el poco tiempo de margen que disponíamos y unas fechas en pleno invierno, el destino se antojaba difícil de elegir. Con practicamente la totalidad de Europa descartada por temperaturas y las Islas Canarias que nos quedaban por ver, a precios prohibitivos por la cercanía de carnavales, el destino que más se ajustaba a nuestro presupuesto era SEVILLA.
Mi mujer no había estado nunca y yo a los 12 años había visitado la ciudad cuando la EXPO92 en un viaje con el colegio. Recuerdos muy lejanos que de ninguna manera podían ayudarnos a elegir uno u otro sitio que visitar, alojarnos o disfrutar. Tocaba una vez más recoger múltiples opiniones de allegados, paginas web y blogs.
Se puede decir que en general la información turística sobre la ciudad es bastante homogénea, así que no creo poder recomendar ninguna web concreta sobre las demás.
Después de este rollazo, vamos con el viaje propiamente dicho!
Características generales del Viaje:
Duración: 4 días (7 – 10 febrero de 2017)
La temperatura media fue de unos 12 a 15 grados, con puntas de calor a medio día y noches bastante frescas (cuidado con dejar la ropa de abrigo a medio día y que te sorprenda la caída del sol).
Transportes: Vuelo directo BCN-SEV y traslados a hotel incluidos (la visita de la ciudad se puede hacer íntegramente a pie).
Viajamos con la compañía Ryanair. Como se suele decir: “No hace falta decir nada más”. El viaje era corto, pero te garantizan “disfrutar” desde el momento que llegas al aeropuerto: mal humor del personal de tierra, facturación de maleta de mano en puerta de embarque por imposibilidad de subirla a cabina, azafatas mal educadas, vuelo ruidoso con multitud de ofertas por megafonía,... Toda una experiencia.
Alojamiento: Hotel en régimen de alojamiento. Hotel Petit Palace Canalejas (2 estrellas) situado en centro histórico de Sevilla.
El edificio nos informaron que se encuentra declarado de interés histórico y por ello no se pueden efectuar grandes reformas en el interior. No quiero decir que sea un hotel viejo o abandonado, todo lo contrario, se cuidan mucho de que esté limpio y tu estancia sea agradable. El problema es que las habitaciones en general son muy pequeñas (nuestra habitación era de matrimonio y con la maleta en el suelo no conseguíamos abrir la puerta del baño completamente). Por ese motivo argumenta el hotel que solo dispone de dos estrellas. Si se piensa estar todo el día fuera e ir solo a dormir, es un lugar muy recomendable.
- DÍA 1 -
Habiendo tenido una experiencia positiva al dejar el coche en un parquing cercano al aeropuerto de Barcelona, esta vez repetimos. Comparando precios encontramos el más económico en el parking de larga estancia de AENA.
Podría explicar todas las cosas que nos pasaron con Ryanair pero en el apartado de transporte ya he explicado lo más significativo. Solo añadiré que viajar en un avión con los interiores amarillos es algo... raro/estresante.
El aeropuerto de Sevilla es muy chiquitito y en consonancia que todos los que he podido pisar por la geografía Española. Es muy complicado no encontrar lo que buscas y si le añadimos que el servicio de traslados era eficiente, el resultado es un traslado rápido, cordial y cómodo; un diez para ellos.
Lo primero que hicimos después de dejar las maletas fue buscar la oficina de turismo de la ciudad y agenciarnos algún mapa. Teníamos entendido que se encontraba en la calle Sierpes así que comenzamos paseando por una de las calles más comerciales de toda la ciudad. Finalmente descubrimos que realmente se encuentra en la plaza del Triunfo. Así que si casi sin querer fuimos a parar a la zona de la Catedral.
Con un mapa y un listado de cosas a visitar realizamos la primera visita por los exteriores de la Giralda y Catedral de Sevilla. No tardaron en aparecer un par de gitanas ofreciendo el Romero. Ojito con estas persones que son muy amantes de lo ajeno (incluso te advierten en las guías de Lonely Planet!).
Llegaba la hora de comer y entre las diferentes posibilidades nos decantamos por “Bodega Gongora”. Situado en la calle Albareda, ofrece un menú bastante ajustado en precio (11.5Euros) y el lugar se encuentra muy céntrico. El servicio es agradable y la comida muy buena.
Volvimos al hotel para pegarnos una ducha y decidimos por la tarde pasear por la zona del Guadalquivir.
Una vez allí y sin rumbo fijo decidimos caminar “por inercia” a ver que encontrábamos.
Así fue como paseamos por los jardines repletos de naranjos junto al teatro Lope Vega, indagamos como es la Univesidad de Sevilla y bajo una débil lluvia disfrutamos de la parte exterior de los jardines del Real Alcazar encontrando casi por error el monumento a Cristóbal Colón.
Estábamos muy cercanos al barrio de Santa Cruz y aprovechando que había caído ya la noche y había dejado de llover, deambulamos por sus calles y plazas.
Fue así como encontramos un restaurante de nombre “El Pintón” (calle Francos 42), que hábilmente anotamos para un futuro desayuno o cena.
De vuelta al hotel volvíamos por una calle Sierpes aun concurrida pese a tener la mayoría de tiendas cerradas.
Era hora de cenar y para ello elegimos “ El patio de San Eloy” (calle san Eloy 9). Es un lugar curioso a la vez que entrañable. Si bien el local es grande y con multitud de mesas, la gracia está en sentarse en la grada que tiene al fondo y disfrutar de una cerveza y cualquiera de sus montaditos. Recomiendo la elección de “solomillo al whiskey”, “serranito” y “la pringá” (este último es la especialidad de la casa).
La vuelta al hotel, que estaba a no más de 10 minutos, estaba impregnada del olor característico de las naranjas al estar repleto la ciudad de estos árboles frutales.
- DÍA 2 -
El objetivo era visitar a fondo la Catedral i la Giralda. Antes de ponernos en faena, teníamos que desayunar fuerte. Nuestra elección fue “El picatoste” (calle Sant Eloi 18 esquina Olavide).
Para la visita a la Catedral i la Giralda existen varias formas. Primero de todo decir que con la entrada se puede ver por libre la Catedral a pie de planta y la Giralda. Si se busca alguna explicación para comprender detalles concretos, siempre se puede contratar visita guiada en grupo en multitud de idiomas. La tercera opción (que esla que hicimos nosotros) sería la que incluiría a la entrada básica, una visita guiada por la zona de cubiertas. Esta opción se puede reservar por web y depende de la diputación de Sevilla, así que no entraña ningún riesgo y asegura estar documentada de manera correcta. En esta visita guiada se hará hincapié en como se realizó la construcción de la Catedral, como la entendemos hoy día y se tendrá acceso a diferentes niveles tanto interiores como exteriores que de otra manera son inaccesibles.
Repetimos menú en el “la taberna Gongora” al salir mucho más tarde de lo esperado. Un almuerzo igual de correcto que el día anterior.
Comenzamos la tarde visitando el Alcázar y sus jardines. Impresionados como estábamos de la visita de la mañana, nos supo a poco la verdad. Muy recomendable sentarse en cualquiera de sus bancos de piedra y relajarse en uno de los jardines más cuidados de toda la Ciudad.
Al salir volvimos a cruzar por el lado del teatro Lope de Vega y nos dispusimos a ver la Plaza de España. Ese lugar suele estar lleno de turistas por todos lados, pero sigue siendo una imagen espectacular . Nosotros no contratamos el servicio de calesa de Caballos, pero sin duda es un lugar ideal para ello.
Justo en frente de la plaza España encontramos los jardines de Maria Luisa. Personalmente lo que mas me sorprendió es la glorieta con la estatua a Gustavo Adolfo Becker.
Buscamos la rivera del Guadalquivir y cruzamos al lado contrario de donde paseamos el día anterior.
Deambulamos por la calle Betis hasta llegar al barrio de Triana. Era algo tarde y pensamos que mejor era visitarlo de nuevo el día siguiente, así que cruzamos el Puente de Isabel II y nos fuimos al hotel para prepararnos para la cena.
Cenamos en el restaurante “el Pringón” que habíamos descubierto el día anterior. Es un lugar recomendable por poder comer o cenar en un patio auténtico andaluz.
Antes de dirigirnos al Hotel paseamos sin rumbo alguno hasta llegar de nuevo al Guadalquivir. Muy curioso comparar el como se disfruta de día y noche de un lugar como este.
- DÍA 3 -
Nos quedaba recorrer gran parte de la ciudad y no podíamos perder mucho tiempo buscando donde desayunar, así que apostamos de nuevo por las torradas con zumo y café de “el picatoste”.
Primera visita la basílica de “el Cristo del gran poder”. Es un lugar pequeño y poco conocido pero no estàá de más destinar unos minutos si se pasa cerca.
Antes de entrar en la Basílica de La Macarena pasamos por la Alameda de Hércules y el antiguo Hospital de las cinco llagas (actual parlamento de Andalucía). No es que sean nada del otro mundo, pero vale la pena hacer alguna fotografía al estar en la zona.
Junto a la Basílica de la Macarena encontramos las murallas, ambos de obligada visita. No es ninguna mentira decir que es uno de los puntos más especiales de la ciudad.
Continuamos paseando por la calle San Luis hasta llegar a la Iglesia de San Pedro. Curioso decir que entramos casi a la hora de cerrar y tuvimos que correr ya que nos dejaban dentro al no comprobar que hubiese gente aun en el interior.
De allí el recorrido hasta la plaza Encarnación y sus “setes” es muy corto. Si le sumamos que allí mismo tenemos la Iglesia de la Encarnación, parecía un buen plan. Pero ni las “setes” son tanto, ni la Iglesia tiene nada del otro mundo (de echo parece falta de algunas obras de restauración).
Llegamos a la Iglesia de Salvador, junto con la Catedral uno de los puntos mejor cuidados de la ciudad. La entrada no es gratuita, pero con la visita de la Catedral y la Giralda te viene incluida.
Era hora de comer i decidimos comer “a la mano”, comprando alguna cosa sobre la marcha en un supermercado que disponía de comida precocinada y bocadillos.
La tarde la teníamos destinada a caminar porel barrio de Triana que habíamos dejado “colgado” el día anterior. Visitamos su mercado y sus tiendas (descubrimos que en el interior estaba “la Casa Teatro” donde se puede ver espectáculos de magia y baile flamenco, todo ello en una sala muy pequeña y próxima al público). Junto al mercado tenemos el callejón de la Inquisición y la avenida de la O (si se visita la Ciudad en fin de semana se realizan allí muestras de arte en ella).
Al cruzar de nuevo el Puente de Isabel II pasamos por La maestranza y decidimos acabar el día callejeando de nuevo por el Barrio de Santa Cruz.
La cena de nuevo la pasamos en un lugar de montaditos el nombre cual no recuerdo (la verdad es que no sabemos ni localizar el sitio!).
- DIA 4 -
Era el último día de viaje y después de empaquetar todo nos fuimos a desayunar. El lugar elegido fue “Aire Tapa” en la calle Jose de Velilla. Torrada con jamón y café con leche a un precio más que aceptable.
Como no habíamos comprado ningún souvenir, destinamos toda la mañana a ello. La conclusión que sacamos es que si ves algo que te gusta, cómpralo porqué después no encontrarás la tienda. Nosotros no lo hicimos y nos lo echaremos en cara toda la vida...
Comimos pronto en “la tradicional”, una taberna situada en la calle Argote de Molina. El menú era de un precio razonable si se puede escoger entre la practica totalidad de los platos de la carta. Las cantidades no son grandes pero la comida allí es “resultona”.
El traslado al ser conjunto nos ofreció la posibilidad de dar un pequeño tour turístico al ser los primeros de la ruta. Unas pocas fotos más y hacia el aeropuerto.
El tiempo en el aeropuerto nos sirvió para comprobar que la ineficacia de los trabajadores de Ryanair era la misma que en Barcelona.
Un viaje de vuelta con algún minuto de retraso pero nada más a destacar.
Y una vez más al llegar a Barcelona se descubre lo cómodo que es tener el coche aparcado cerca y no tener que depender de nadie. Cuando nos volvamos a ir de viaje, el coste del parquing en el aeropuerto ya lo hemos marcado como “gasto fijo”.
*Post creado por nuestro colaborador Jordi
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