*Post creado por nuestra colaboradora Anna
Para esta etapa sin duda, Johnny Cash es el más apropiado:
Nos levantamos temprano en St Louis para cargar el coche y prepararnos para unas cuantas horas más de carretera, hoy tenemos que cruzar por el estado de Kentucky hasta Nashville (Tennessee). Aquí nos desviamos un poco de la Ruta 61, pero es que ir hasta allí, y haciendo un viaje musical como éste, no podía faltar una visita a esta ciudad, llamada la “music city”.
Salimos decididas a ir a visitar el Gateway Arch en St Louis, y el GPS nos llevaba por calles en obras, todo cortado, no había manera de llegar hasta el arco, incluso nos metió por dentro del río Mississippi, así que ignoramos sus indicaciones y fuimos en busca de un aparcamiento para desayunar y llegar andando al arco. Pues bien, aparcamos en lo que parecía el centro de la ciudad, a unos 200m del arco y en una calle llena de bares, cerrados. No había NADA abierto, así que sin desayunar, lloviendo y con el arco inalcanzable, nos fuimos de St Louis.
Esto es todo lo que vimos del arco…
El siguiente reto era poner gasolina a este coche, nadie nos dijo si era diesel o gasolina, y en ninguna parte en todo el coche pone nada! Paré en una gasolinera, a ver si alguien nos podía iluminar, y no había nadie, se lo pregunté a una mujer, la pobre no me supo ayudar. Así que fuimos a otra gasolinera a ver si había alguien que lo supiera, allí nos atendió una chica muy amable, pero tampoco supo confirmarme qué tenia que poner. Así que, como aún no habíamos desayunado, nos metimos en un Mc Donald’s (que todos tienen WIFI gratis) para comer algo y conectarnos a internet y buscar directamente en la web de Nissan. Gasolina, sin duda. Parece ser, según nos contó una de las chicas que nos ayudó, que allí todo funciona con gasolina menos los camiones y coches más grandes.
Pues por fin, con el depósito y estómago lleno emprendemos la marcha hacia Kentucky, no para de llover.
De camino vamos haciendo paradas aunque con la lluvia poco se podía ver…
Paramos a comer a un restaurante de carretera, desconozco cómo se llamaba ni en qué punto del mapa estaba…pero alucinamos de lo auténtico que era, los típicos hombres enormes con su peto tejano y camiseta debajo, parecía una peli.
Después de unas 6 horas de carretera llegamos a Nashville, teníamos también una reserva con AirBnB. Esta vez era una habitación privada en una casa dónde vivían dos chicas y dos perros. Toda una experiencia.
Llegamos a su casa con la lluvia y casi de noche, así que nos instalamos, y salimos a comprar a un supermercado algo para cenar. Cómo no queríamos ensuciar mucho la cocina compramos un par de pizzas para hacer en el horno. Pues bueno, la cosa se complicó.
A la hora de cenar vamos a la cocina y una de las chicas estaba preparando su cena, así que le pedimos si nos podía encender el horno ya que no sabíamos cómo funcionaba. Así lo hizo. Mientras, llega una amiga suya a la casa, parece que ella también viene a cenar. Bueno, de repente empieza a salir un montón de humo del horno, tanto que empieza a sonar la alarma anti incendios de la casa. Apagamos el horno, y la amiga se pone a ventilar el detector de humos con una toalla, en estas llega otra amiga, que también venia a cenar y se pone a ventilar con otro trapo. La alarma no para. Mi madre y yo no sabemos qué hacer, así que salimos a la terraza a tomar una cerveza mientras dentro es un caos, una de las chicas sale chillando de la ducha porque los dos perros se habían metido dentro con ella, los saca del baño, y queda la casa entera mojada con los perros corriendo de un lado a otro. En estas llega la otra chica que vive allí (la que nos había alquilado la habitación). Así que ya somos un montón!! Una vez volvió todo a la normalidad y se apagó la alarma, metimos la pizza al microondas, y cenamos en la terraza con más calma. Nosotras nos fuimos a dormir ya que estábamos cansadas, pero en el comedor se quedaron todas las chicas hasta tarde de cháchara, incluso creo que llegó más gente después.
Ésta era la casa:
La verdad es que como experiencia estuvo muy bien, pero lo encontramos un poco caro por una habitación privada, y por la poca intimidad que tuvimos.
A la mañana siguiente tocaba visitar Nashville, así que después de desayunar cogemos el coche, ya que estábamos un poco apartadas, y lo dejamos en el centro, en el parking de la biblioteca pública, en Church St., ya que nos dijeron que era el más barato.
Lo primero que queríamos visitar era la biblioteca del Capitolio, había leído en algún sitio que era muy bonita, así que decididas, entramos. En recepción nos para un vigilante y nos dice que a dónde vamos, y nosotras le contestamos que a ver la biblioteca. Nos cuenta que no es una biblioteca pública, sino de «research», es decir, de investigación y nos pregunta que qué estamos investigando. Le contamos que simplemente la queremos visitar, el hombre alucina un poco, y después de registrarnos en el libro y de quedarse con mi maleta, muy amablemente nos deja pasar.
Dentro, otro señor muy amable nos pregunta también que de dónde somos y qué venimos a investigar, cuando le contamos que somos de Barcelona y que simplemente queríamos ver la biblioteca se pone muy contento y nos empieza preguntar cosas sobre Barcelona ya que dice que siempre le hubiera gustado visitarla.
En fin, que creo que ese día hicimos felices a esos señores.
Seguimos la visita por el Capitolio y por el War Memorial, y desde allí bajamos andando hasta el Country Music Hall of Fame and Museum.
Para ambientarse dadle al play:
La entrada al museo son unos 22 dólares por persona (si antes te acercas a la oficina de turismo que hay en el Bridgestone Arena, te dan unos vales de descuento para diferentes museos), si además quieres visitar los RCA Studios, creo recordar que son unos 5 dólares más, y te llevan desde la puerta del museo en un minibús. Nosotras no fuimos ya que me hacían más ilusión los SUN en Memphis y el Third Man Records (del que hablaré más adelante).
El museo vale la pena, es una pasada aunque no seas muy fan de la música Country, además pillamos una exposición de Bob Dylan y Johnny Cash y mi madre es muy fan de Dylan, así que disfrutó muchísimo!!
Después del museo, y cómo ya no llueve, andamos hasta la 7th St. para ir al estudio de grabación de Jack White (The White Stripes), el Third Man Records. A parte de estudio es también una pequeña tienda de discos, la mayoría son grabados allí. Yo me decidí por un single de Courtney Barnett, pero la verdad es que me hubiera arruinado comprando cosas allí.
Como curiosidad, hay una cabina de grabación, en la que por unos dólares te metes dentro y puedes grabar tu single en un vinilo. Muchos músicos famosos han pasado por esa cabina y han grabado allí como Neil Young. En ese momento había una mujer con una guitarra dentro grabando su canción.
Después de la visita ya es casi la hora de comer, así que vamos en busca de una pizza (ya que ayer por la noche comimos chicle-pizza de microondas y nos quedamos con las ganas). Nos acercamos ya a la Broadway St. para comer por allí y empezar después el Honky Tonk por los bares y ver música en directo. Poco hay que contar ya sobre Broadway St., entramos como a unos 5 bares distintos, en todos había conciertos, des de rockabilly hasta country. Pongo unas cuantas fotos que resumen lo que es esa calle, tiendas de discos, sombreros y botas, y música en todas partes.
Lo que no sabíamos es que ese día había un torneo de basquet y pronto la calle quedó teñida de azul cuando salió todo el público del estadio.
Así que después de un par de bares más y cuando prácticamente no podías ni andar por la calle, la cosa empezó a ser agobiante y nos fuimos para casa. Aunque de camino recordamos que nos habían recomendado visitar el Hotel Opryland, así que ya que estábamos en el coche pusimos el GPS hasta allí, son unos 20 minutos en coche des del centro. Aquí la cagamos, y bien cagada, porque nos metimos en el parquing del hotel sin mirar las tarifas. Error. Así que una vez visitado el hotel, que no nos gustó nada ya que es una exageración de lugar, mucho lujo y ostentación y muy artificial todo, al salir del párquing nos dicen que son 26 dólares, estuvimos media hora, si llegaba, se lo digo al que nos iba a cobrar y dice que el mínimo son 26 dólares (solo por aparcar) y que de ahí va subiendo. Así que si decidís ir, aparcar en los McDonalds que hay cerca e ir andando. El lugar pinta así:
(No hice más fotos porque no me gustó nada)
Esa noche estuvimos solas en la casa así que nos relajamos, cenamos y descansamos ya que mañana hay que volver a la carretera.
A Nashville se le llama la Music City, y la verdad es que el ambiente musical que se respira en la ciudad le da derecho a tener este nombre, aquí llegaron inmigrantes blancos que venían de los campos del sur de Texas para encontrar mejores oportunidades, trajeron con ellos influencias de la música folk europea, principalmente de Irlanda i con el blues y el gospel ya asentados en esta zona apareció en los años 50 el country. Música de blancos y para blancos.
*Post creado por nuestra colaboradora Anna
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